viernes, diciembre 18, 2015
Escalona
Pedro Escalona es un pintor de Málaga, con cara de apóstol, pelo y barba blanca, como un San Pedro, que expone estos días en la Galería Echauri de Pamplona sus cuadros nítidos y delicados de vegetales, vasijas, cuencos, bodegones, paños, botellas, unguentos, taleguillasy objetos varios, algunos de un pasado remoto. Un hombre sonriente, malagueño, que vive, según me cuenta, en Alhaurín el Grande, donde paró en su día Gerald Brenan, el inglés que escibió el Laberinto español, que hoy es más laberinto todavía. Charlando con él, le pregunto si se quedará unos días por aquí, y me dice, sonriendo, que vuelve enseguida a su casa, porque tiene que trabajar. Es un hombre maduro, que lleva muchos años en la brecha. Mientras hay esa pasión dentro, mientras uno quiere hacer, es posible seguir, dice, y esas palabras, como las cosas que salen en sus cuadros, no precisan nada más.
Veo esta pareja de cuencos sobre los dos planos, blanco y negro, y pienso en Malevich y en Sanchez Cotán, y en una pareja que sigue junta, al cabo del tiempo.
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